Por José Suárez Núñez
Hace varios años Hollywood rodó una película titulada “Pursuit of Happyness”, que como traducción libre puede significar “Buscando la Felicidad”. La cinta, protagonizada por Will Smith, narra la vida de Chris Gardner, un vendedor que en pocos años saltó de la ruina a multimillonario.
Antes de Gardner alcanzar el éxito pasó por ciertas vicisitudes. Un espacio importante del film transcurre en un centro de atención en el que Gardner dejaba a su hijo de 2 años, mientras intentaba buscar un empleo. Cargaba siempre un equipo como vendedor ambulante, con una intensidad inagotable, para supervivir cada día. Por las noches se les arreglaba para dormir en los baños de la estación del metro BART, de Oakland, California.
El productor del film hizo un cambio, porque en la realidad el niño tenía 2 años y buscó un actor de 5 años para poder inventar los diálogos de padre e hijo. En la realidad, al niño había que cambiarle los pañales todos los días.
En los trabajos que Gardner iba desempeñando nadie sabía de esa situación y siempre estaba acosado por las deudas. Durante dos años se convirtió en un corredor de bolsa hasta que finalmente encontró un empleo en la firma de corredores Bear Stern, donde llegó a ser uno de los vendedores que más ganaban, aunque en sus inicios no ganaba sueldo fijo y vivía de las comisiones.
En 1987 fundó su propia firma de corretaje Gardner Rich en Chicago (Illinois). Pasó en un corto periodo de tiempo de no tener hogar a convertirse en multimillonario.
Hoy en día, Gardner es un afamado conferencista motivacional, filántropo y hombre de negocios internacional. Creó un fondo privado de inversiones, activo en Sudáfrica. Su socio en ese fondo es Nelson Mandela. Uno de sus biógrafos explica: “Nada mal para un tipo que 6 años antes de fundar su propia firma de corretaje, estaba arañando para salir de la alcantarilla con un niño a la espalda”.
El consejo de Gardner a los emprendedores o quienes cambien de carrera es “ser lo bastante audaz para descubrir lo que lo apasiona y podría no ser para lo que estudió, pero debe ser lo suficientemente audaz para el cambio. Nadie lo va a buscar para hacerlo, debe descubrirlo usted mismo”.
Gardner sostiene que la pasión por su carrera cambió su vida y que no se puede dejar nada para el mañana. Gardner toma como referencia una expresión del multimillonario Donald Trump, quién afirmó que “la innovación requiere creatividad y energía, y sin apasionamiento uno no tiene energía y sin energía no tiene nada. Amar lo que uno hace es el combustible que se necesita para seguir moviéndose y esforzándose tratando de alcanzar la vida que se imagina”.
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