Poco a poco hemos visto como diferentes aparatos tecnológicos pueden funcionar con energías más amigables, provenientes del sol, de la lluvia y hasta del aire. El WiFi, ese sistema que utilizamos para conectar nuestras computadoras, teléfonos y tabletas al Internet, también se puede crear y funcionar con la ayuda de la naturaleza.

Existe un proyecto llamado Green WiFi con el que se pretende llevar conexión a aquellos lugares remotos donde ni siquiera llega la energía eléctrica. Para ello están desarrollando un prototipo que se alimente de la energía solar.

La idea es también que esto puede ser utilizado por los más pequeños con unas computadoras portátiles que cuestan alrededor de 100 dólares y además, no necesitan conectarse a la electricidad para funcionar. Lleva una especie de hilo y tirando de este se puede conseguir que se cargue la batería que lleva incorporada.

Otro tipo de WiFi ecológico se está desarrollando en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos. Como es una ciudad tan grande, por supuesto que sus desechos sólidos son exagerados, por lo tanto la compañía de gestión de residuos BigBelly trabaja en convertir los contenedores de basura y de reciclaje en puntos de conexión inalámbrica.

Estos contenedores serán solares y tienen dos objetivos, uno de ellos el de avisar cuando estén muy llenos y ya huelan mal y así los recolectores pueden ir a recogerla y dos, hacer que toda la ciudad pueda estar conectada al Internet a través de estos potes de basura.

La primera fase de este proyecto inició en 2015 con la instalación de más de 170 contenedores inteligentes. Gracias a una alianza con Downtown Alliance se logró el establecimiento de un ancho de banda de 50 a 75 megabits por segundo sin la interferencia de los rascacielos.

Igualmente un equipo de investigadores de la Universidad de Washington han desarrollado un nuevo WiFi pasivo, el cual consumirá cerca de 10 mil veces menos energía que los componentes actuales de este tipo de red. También triplica la vida de la batería en una amplia gama de aparatos del hogar y lugar de trabajo.

Este WiFi pasivo resolverá el problema del consumo de energía mediante una operación en la escala de microvatios en lugar de milivatios, lo que permitirá el ahorro eficiente en el orden de cuatro órdenes de magnitud respecto a la energía necesaria en los dispositivos inalámbricos estándar.