En los primeros 10 años instalaron 17.000 kilómetros de líneas sísmicas, perforaron 449 pozos de avanzada y desarrollo y rehabilitaron 1.400. El precio del petróleo bajo a 14 dólares y aprovechando esa crisis de los negocios, compraron refinerías a precios de gallina flaca. Las modernizaron y adaptaron para procesar los crudos pesados venezolanos.Por José Suárez Núñez (www.petroleofinanzas.com)
Aprovechando la primera década de la nacionalización, el informe anual de ese año, complementado con Planificación recomendaba una docena de acciones y planes, para hacerle frente al futuro.
Por orden de importancia eran 1) reestructurar las empresas, 2) fortalecer las ganancias, 3)fusionar compañías, 4) reducir los costos, 5) las fuentes de capital y objetivo de las inversiones, 6) analizar la participación en el mercado internacional, 7) revisar el margen de ganancias en refinación, 8) debilidad en las operaciones 9) asomarse a nuevos ingredientes de negocios en los que no habían participado como el mercado “spot” y las ventas a “futuro”, 10) dividendos del accionista, 11) rentabilidad de las plantas y equipos, 12) ver la posibilidad de administrar, asociarse, o comprar transnacionales en problemas, porque la materia primera la teníamos.
Enfrentar los resultados de la nacionalización de 1976 a 1985 con los beneficios durante el largo período concesionario de 1914 a 1985. Hay que destacar, que cuando la industria se nacionalizó en 1975, las reservas probadas eran de 7.000 millones de barriles.
Ya habían invertido hasta 1985, un monto de 1.164 millones de bolívares en exploración para trazar 16.999 kilómetros en líneas sísmicas, 48 por ciento en tierra y 52 por ciento en costa afuera. Ese año perforaron 449 pozos desarrollo y avanzada y habían reparado y rehabilitado 1.400 pozos, lo cual permitió reponer una producción de 480.000 barriles diarios y promediar una producción de 226 barriles diarios por cada pozo.
En los resultados anuales de las industrias petroleras es muy importante hacer el seguimiento a esa cifra de “reponer producción”, porque para mantener la vitalidad de la compañía, si produce 1.000 barriles debe reponer 1.000 barriles, porque es como observar la salud del negocio. Es corriente ver en los balances de las compañías cuando registran “se repusieron 94%, o 102%”. No se alarme porque la producción promedio diaria de EEUU es de 9 barriles diarios por pozo.
El potencial de producción se había elevado 2,52 millones de barriles diarios, quiere decir que en un momento determinado abrir los grifos y llegar a esa producción representaba su poder en el mercado. Venezuela llegó a 3,7 millones de barriles diarios en 1970 y a 3,4 en el 2000. En el mercado mundial, EEUU tiene un potencial de 9,3 millones de barriles diarios, Rusia 10,2 millones de barriles diarios y Arabia Saudita 10,4 millones de barriles diarios.
En 1985 fue inaugurado el complejo Criogénico de Oriente a un costo de 4.600 millones de bolívares, sus plantas manejaban 22,3 millones de metros cúbicos de gas natural diarios, y obtenían 57.000 barriles diarios de líquidos del gas. También arrendaron la refinería Isla de Curazao, incluyendo el terminal de embarque y firmaron un acuerdo con la empresa alemana Veba Oel, que culminó con una sociedad a partes iguales de 6 refinerías en Alemania.
En 1985 el barril promedio de crudo exportado se cotizó en 26,55 dólares. El resumen fue satisfactorio a otras compañías medianas y pequeñas tuvieron que fusionarse. Para 1986, todos los pronósticos internacionales se cayeron y la cesta venezolana llegó a venderse a 14 dólares el barril. En algunos países petroleros del Medio Oriente llegaron a vender el barril de petróleo a 10 dólares.
Esa fue una importante experiencia como empresa nacionalizada y los planificadores de Pdvsa y del Ministerio de Energía y Minas, llegaron a la conclusión, de que debían expandirse a otros mercados más productivos, que no eran precisamente los suramericanos, sino los del primer mundo.
La estrategia tomó tiempo, porque la intención era comprar empresas con refinerías a buenos precios al bajar los activos de los negocios, con la inestabilidad de los precios. Lograron los propósitos para luego modernizar las refinerías, instalar conversión profunda para procesar los crudos pesados venezolanos, que son el 75 por ciento de nuestras reservas probadas.
Los planificadores del Gobierno y de Pdvsa de esos años, nunca pensaron tener grandes beneficios con el negocio de la refinación, que siempre aportaba pequeños márgenes, pero al procesar ese petróleo en nuestras refinerías lo convertían en productos refinados, que siempre tienen mayor valor, y no teníamos que “canibalizar” el petróleo con precios miserables.