Por José Suárez Núñez (@Petrofinanzas)
Después de años de intentos fallidos de estimular el mercado del petróleo, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) llegó un acuerdo el miércoles pasado para un recorte de la producción. Con ello provocó que los precios del petróleo subieran; sin embargo, la euforia puede ser pasajera.
Con los precios del crudo todavía a la mitad de lo que estaban hace dos años, los 14 miembros de la organización acordaron limitar la producción colectiva del grupo.
Sin embargo, no fue fácil resolver sus diferencias sobre cómo repartir entre ellos los cortes en producción.
El camino hacia un consenso ha sido complicado por las posiciones de Arabia Saudita e Irán, cuya vieja enemistad incluye rencillas políticas, económicas e incluso religiosas.
En cuanto al crudo, Arabia Saudita, el productor más grande de la OPEP, ha querido mantener su posición en el mercado. Un Irán ambicioso busca proteger su creciente influencia en el grupo, la misma que perdió hace unos años con las sanciones por sus proyectos nucleares.
Sin embargo, lograron resolver sus diferencias y la OPEP decidió recortar la producción de petróleo en 4,5 por ciento, o 1,2 millones de barriles de petróleo diarios, según Mohammed bin Saleh al Sada, el ministro catarí de Energía e Industria, quien dirigió la reunión.
Se trata del primer recorte a la producción en ocho años.
Ante los prospectos de una menor extracción, los precios del petróleo comenzaron a subir desde la mañana del miércoles en un 7 por ciento, a casi 50 dólares por barril. El aumento de los precios podría ayudar a economías en turbulencia, como la venezolana y la nigeriana, y a reforzar los ingresos de los productores estadounidenses más pequeños.
Pero el alboroto alrededor de la producción petrolera abre espacio a una incógnita.
Aunque Arabia Saudita e Irán han sido muy claros en que apoyan el aumento de los precios, las compañías de petróleo de ambos países han estado haciendo tratados con Asia y han estado llenando buques petroleros tan rápido como les es posible.
La producción saudita se ha incrementado en más de 10 millones de barriles diarios, mientras que la reducción en el consumo interno ha dejado más petróleo disponible para la exportación. Irán, una vez que no tiene más sanciones nucleares, ha tratado por su cuenta de vender su petróleo en India y también ha iniciado la producción en nuevos campos de petróleo y gas.
Otros países de la OPEP han seguido el mismo camino y han incrementado su producción en los últimos meses.
La fuerte competencia podría restarle influencia al nuevo plan de la OPEP. El tamaño del recorte seguramente será insignificante en un mercado global con una oferta desbordada. Precios más altos podrían significar mayor producción de Estados Unidos. Y, si la historia sirve como guía, hasta el más modesto acuerdo podría ser violado por trampas.