Petroleras rechazan el carro eléctrico y apoyan el gas vehicular Petroleras rechazan el carro eléctrico y apoyan el gas vehicular

Por José Suárez Núñez (@Petrofinanzas)

Durante décadas existió un núcleo cerrado entre empresas petroleras y automovilísticas, por la relación de los autos y sus combustibles. La situación de los negocios ha cambiado y ahora resulta que los autos del futuro no necesitarán ese combustible controlado por las compañías petroleras, que de paso ahora tienen fuertes adversarios como el desplome de los precios del crudo, y la fuerte presión para proteger el ambiente y reducir las emisiones de petróleo.

Ejemplo simbólico es la alianza de la empresa automovilística estadounidense Tesca y Apple que se asocian para fabricar autos eléctricos del futuro. También está moviéndose rápidamente la utilización de nuevos combustibles, como el gas, para sustituir la gasolina, aunque no reduce mucho su acción contaminante.

Por lo que se ve, las petroleras europeas tienen otra visión. Consideran que no tienen nada que hacer con el auto eléctrico, y se enfocan a fortalecer el uso del gas móvil, en el que tiene experiencias.

Siete directores de las más importantes compañías petroleras europeas, además de Aramco, el mayor productor mundial de hidrocarburos, reunidos en el viejo casco de la City de Londres, se comprometieron a una inversión de 1.000 millones de dólares para elaborar y acelerar el despliegue comercial de las tecnologías innovadoras de bajas emisiones, para proteger el medio ambiente.

La meta actual tiene dos objetivos que se encuentran: hacer dinero de la energía baja en carbono y la solución de los problemas del cambio climático mundial.

La reunión se convirtió en un mensaje de la Iniciativa de Petróleo y Gas Climático ( OGCI ), donde advertían que el crecimiento de las energías renovables ha sido notable. Sin embargo, la capacidad de la industria para hacer dinero en ese segmento no ha sido lucrativa, dijo el director ejecutivo de Shell, Ben van Beurden, “y vamos a tener que encontrar una manera de participar en un sistema de energías renovables dominada de una forma, que nos permita seguir en la actividad energética para ganar dividendos y todo los demás, porque en última instancia es un aspecto de sostenibilidad que es importante”.

Los siete directores presentes eran de las británicas Shell y BP, la francesa Total, la italiana Eni, la noruega Statoil y Repsol de España, incluyendo Aramco de Arabia Saudita.

“No es en absoluto un asunto de filantropía. Nos apegamos a nuestro negocio”,  dice Pouyanne. “Somos productores de hidrocarburos, y si a lo largo del año nos hemos reunido en seis ocasiones”,

Pouyanne agrega que pone hacia la deriva del mundo la energía baja en su contexto histórico.

“Nunca utilizo palabras como transición energética para ser honesto. Creo que es parte de la larga historia y  largo viaje de la energía”, dice Pouyanne. “Hace 300 años la gente estaba usando la madera. De la madera se fueron a carbón, del carbón al petróleo, y del petróleo al gas y éste irá a otras energías”.

La ambición para la francesa Total es que se mantenga una importante empresa de energía durante largos decenios, y así comenzar a invertir hoy en lo que podría llegar a ser mañana importante y rentable para la empresa.

“Este compromiso para formar este fondo conjunto de 1.000 millones de dólares, además de todo el trabajo que hacemos individualmente, ya que las empresas son en realidad  mucho más que eso. También representa un nuevo comienzo”, explica el director ejecutivo de BP, Bob Dudley. “Esto está pasando junto a todo el trabajo que estamos haciendo de forma individual ya que las empresas en la transición van hacia un mundo de menos emisiones”.

“El objetivo de este fondo es ser algún tipo de semilla, para ser un catalizador”, coincide el presidente ejecutivo de Repsol de España Josu Jon Imaz. “Creo que el valor de gastar este dinero, es independientemente mucho menor que el gasto juntos”, dice el director ejecutivo de Statoil Eldar Saetre.

Las empresas OGCI han decidido enfocar colectivamente en acelerar el despliegue de la captura de carbono, su uso y almacenamiento en la reducción de las emisiones de metano a fin de maximizar el papel del gas como combustible fósil más limpio, y en la mejora de la eficiencia energética.

Pero ¿por qué no también pasar colectivamente en acelerar el desarrollo de las energías renovables?

Patrick Pouyanne explica: “Somos compañías de petróleo y gas, y queremos concentrarnos en los problemas donde tenemos algunas competencias y experiencias. Es por esto que hemos seleccionado el  gas y la captura del carbono, su uso y almacenamiento”.

Dice que los proyectos de energía renovables son también parte de la solución para hacer frente a los problemas del cambio climático, pero admite que las energías renovables son una “diversificación” para las compañías de petróleo y gas.

Que las compañías de petróleo y gas están abordando los problemas del cambio climático significa que son realistas sobre el futuro de sus negocios. Mientras la mayoría de los expertos  están de acuerdo en que el petróleo seguirá siendo parte de la matriz energética mundial en las próximas décadas. También admiten el cambio que está registrando la energía. El mundo se enfrenta a un futuro bajo en carbono, dice Dudley.