Por Froilán Fernández @froilanLos medios convencionales de almacenamiento tienen mayor capacidad y son más baratos pero los chips son más rápidos y confiables.
Si bien la memoria de operación de los computadores es clave para el desempeño de éstos, los denominados discos duros o discos rígidos tienen la importante misión de guardar la información personal de los usuarios, los documentos, presentaciones, fotografías y videos, entre otros.
En su historia de casi cuatro décadas, los medios de almacenamiento personales evolucionaron de los diskettes a los pendrives. Si a mediados de los años 80 del siglo pasado bastaban unos poco megabytes para guardar archivos de texto y hojas de cálculo, en la actualidad lo típico es contar con pendrives de varios gigabytes o miles de megabytes, pues sólo las fotografías de alta resolución y los videos HD o ultra HD tienden a copar cualquier capacidad que tengamos disponible.
Los denominados discos duros, tanto internos como externos han mejorado notablemente en dos sentidos: su tamaño se ha hecho más compacto y su capacidad ha crecido exponencialmente. Por ejemplo, hoy es posible tener en una laptop de alta gama un disco duro de 1 terabyte (1.000 gigabytes).
Estado sólido
En los últimos años surgió una alternativa a los discos duros, con las llamadas unidades de estado sólido (UES) –expresión que hace referencia a los chips de silicio que almacenan la información–. Si bien las primeras UES ó SSD por sus siglas en inglés llegaban a los 128 GB ó 256 GB, mucho menos capacidad de la que tenía un disco duro, la velocidad de transferencia de datos era muy superior pues en el disco duro un complicado y ultra-preciso mecanismo de lectura y escritura tenia que moverse para acceder a varios discos magnéticos apilados, mientras que en el SSD la lectura y escritura en los chips tomaba mucho menos tiempo. No había partes mecánicas en un SSD, sólo un tráfico intenso de bits y bytes.
El mayor obstáculo para la aceptación de los SSD era su precio, pero gradualmente la tecnología se fue abaratando y hoy es posible encontrar, por ejemplo, discos de estado sólido de 512 GB, por menos de 200 dólares. Si bien un disco duro convencional de ese precio supera los 1.000 GB, el reemplazo del disco duro de su laptop por un SSD es la mejor actualización que puede realizar, pues notará un arranque casi instantáneo y los programas correrán mucho más rápido.
La pelea sigue
¿Qué ocurre si los discos duros convencionales siguen creciendo en capacidad y mejoran su velocidad? Seguramente escogerá uno de ésos al comparar el costo por gigabyte.
Precisamente esta semana, Seagate lanzó un disco duro externo de 5 terabytes, (5.000 gigabytes ó 5 millones de megabytes) por menos de 200 dólares, que ofrece toda la capacidad que puede requerir un usuario individual –o una familia completa—para resguardar todos los documentos y archivos multi-medios que desee. La compañía lo califica del disco más espacioso del mercado en formato “móvil”.
Si en cuanto a la transferencia de datos, los SSD y los discos duros convencionales son respectivamente el Aquiles y la tortuga de la tecnología de almacenamiento, la brecha se acorta. El nuevo disco duro el Backup Plus Mobile de Seagate es de formato compacto (5,2 cm x 7,8 cm x 2 cm) y pesa 247 gramos y mejora notablemente la velocidad de transferencia con la ayuda de una memoria auxiliar de 8GB.