Por Ignacio Serrano| @IGNACIOSERRANO
Le dicen el Águila Negra, por pertenecer a las Águilas del Zulia y por su raíz afroamericana. Pero podrían llamarle así por la velocidad e intensidad de su juego. Es José Pirela y está de moda en el campo de entrenamiento de los Padres de San Diego.
Pirela es archi conocido en Venezuela por la pasión con que batea, corre y fildea. Su primer hit en las Grandes Ligas fue un triple, no podía ser de otro modo, y desde el año pasado está convertido en el toletero más peligroso en el lineup de los californianos. De hecho, ganó el capítulo de su organización en el Premio Hank Aaron, el galardón dedicado a los peloteros más productivos, del que él fue finalista y que a nivel nacional en definitiva ganó José Altuve.
El trujillano ha mantenido el buen paso y ahora ha tomado por asalto el Spring Training.
“Va a ser difícil colocar a alguien por encima de Pirela, dado lo que demostró el año pasado y lo que está haciendo nuevamente”, dijo el manager Andy Green al diario San Diego Union-Tribune. “Es admirable la intensidad que muestra cuando está en el terreno de juego”.
Bien como segunda base o como jardinero izquierdo, el Águila Negra despliega las alas para empezar su primera temporada como titular. El torneo pasado lo comenzó en Triple A y lo cerró como bigleaguer consolidado.
Su average de .467, a falta de dos semanas para el Día Inaugural, era el mejor de la pretemporada. Pirela está volando alto.