Por: José Suárez Núñez
La indetenible campaña contra los fósiles ha influido en el cambio que han estado operando las empresas petroleras europeas, para pasarse a una mayor inversión en gas -tratando de captar el transporte pesado-, con importante poder competitivo por el precio estable del gas.
El auto eléctrico no aparece por ninguna parte debido a que tiene su guerra aparte con el petróleo, y su crecimiento no se verá hasta inicio de los años 2030 y se podrá apreciar su fuerza.
Sin embargo, nadie podrá detener la fuente de mayor crecimiento de los productos petroquímicos, particularmente en los Estados Unidos y China. Otra fuerza arrolladora del crudo de esquistos, que abrió una importante fuente de materia prima doméstica barata y en parte forzó la alianza petrolera de Arabia Saudita y Rusia.
Los observadores consideran un aumento de la demanda del etano y la nafta -de aproximadamente de 1.7 millones barriles diarios- o de 25% hasta 2023.
El crecimiento económico global está llevando a más personas a la clase media en los países en desarrollo, y los mayores ingresos significan una fuerte demanda creciente de bienes y servicios de consumo. Un gran grupo de productos químicos, derivados del petróleo y el gas natural, son cruciales para la fabricación de muchos productos que satisfacen esta creciente demanda.
Los ejemplos incluyen artículos de cuidado personal, conservantes de alimentos, fertilizantes, muebles, pinturas y lubricantes para uso automotriz e industrial.
Uno de los problemas más importantes y urgentes, es la administración de cambios importantes en las especificaciones de combustibles marinos ordenadas por la Organización Marítima Internacional (OMI). Las nuevas reglas se acercan cada vez más, y las industrias marítimas y de refinación enfrentan un gran desafío para aplicarlas.
Desde 2018, no está claro qué tan exitosos serán los controles ambientales y la pureza del clima en los mares, especialmente porque la demanda de grados de gasoil no marino está creciendo continuamente. Todo eso conduce a que las nuevas regulaciones provocarán un cambio masivo de la demanda de combustible de alto contenido de azufre, al gasoil marino o un nuevo combustible de bajo contenido de azufre.
Inversión upstream
Con una demanda mundial en constante aumento, la respuesta del lado de la oferta es crucial. La recuperación de la caída histórica de las inversiones en un 25% tanto en 2015 como en 2016, apenas ha comenzado. La inversión se mantuvo estable en 2017, y los datos iniciales sugieren solo un modesto aumento en 2018. Esto posiblemente acumule problemas para el futuro. Una preocupación adicional es que la inversión se centra abrumadoramente en el sector del petróleo ligero y la petroquímica en los Estados Unidos.