A menudo se piensa en el espíritu emprendedor como el proceso de crear y dirigir una empresa. Sin embargo, el espíritu emprendedor también puede verse como una mentalidad o una forma de pensar y actuar sobre el mundo.
Por Orlando Luna
El espíritu emprendedor tiene aplicación en cualquier ámbito de la vida. En los últimos años, ha cobrado importancia en la formación de los jóvenes estudiantes. Los tiempos cambiantes han incidido en que los educadores reconozcan que la formación cognitiva y los conocimientos teóricos de los estudiantes deben reforzarse con herramientas fundamentales como el emprendimiento, para que sean capaces de enfrentar al mundo actual y sortear sus crecientes dificultades con éxito.El educador argentino Horacio Ferreyra (2021) señala que abordar la emprendibilidad desde la escuela “tiene como objetivo que los estudiantes muestren una mayor capacidad para resolver problemas con iniciativa y creatividad y desempeñen un papel más protagónico en la construcción de su propio proyecto de vida como seres individuales y sociales”.El proyecto educativo de Ferreyra se denomina “Aprender a emprender” y está preparado para orientar a los ciudadanos como “agentes activos de la transformación de su entorno, a través del desarrollo de actitudes proactivas que les posibiliten fijarse metas, formular propuestas y tomar iniciativas…aprovechando las oportunidades y superando las amenazas que se le presentan en el escenario actual.” La importancia de la educación en emprendimiento, surge como una gran necesidad debido al aumento del desempleo y subempleo en los países en desarrollo. Los graduados de los centros de estudios permanecen en el desempleo, porque no poseen las habilidades requeridas por los estándares de la industria. Es necesario un sistema educativo basado en las habilidades y el desarrollo de la conciencia empresarial, que se enfoque tanto en los aspectos prácticos y teóricos, para que existan más individuos capaces de contribuir al desarrollo económico del país.En este sentido, el espíritu empresarial consiste en crear cosas nuevas, resolver problemas y marcar la diferencia. Éstos son algunos de los beneficios del espíritu empresarial más allá de los negocios:
- Cuando creas una empresa con una misión social, puedes utilizar tus habilidades empresariales para tener un impacto positivo en el mundo.
- Cuando eres empresario, tienes la libertad de fijar tu propio horario, trabajar desde cualquier lugar y perseguir tus propios intereses.
- El espíritu empresarial es una experiencia de aprendizaje constante. Aprenderás nuevas habilidades, conocerás a gente nueva y te plantearás nuevos retos.
- El espíritu empresarial es una salida creativa. Puedes utilizar tu imaginación para encontrar nuevas ideas y soluciones.