Gente que emprende Gente que emprende

Por José Pulido

Miles de millones de personas andan por el mundo fotografiándolo todo con sus teléfonos inteligentes.  Es un registro cotidiano de todo lo que ocurre en cada continente pero también en cada círculo social, familiar o en la intimidad de un individuo.

Qué cambiará en la historia de la humanidad tal situación, eso no se verá todavía, pero al menos se crea una memoria sobre la realidad, lo que se tiene y lo que se pierde; lo que se derrocha y lo que se conserva.

Del concurso llamado Gente que emprende, organizado por Banesco para Instagram surgió un libro sinceramente representativo del siglo veintiuno, donde la miríada de imágenes y de proyectos pusieron de relieve el poder de la cultura, la solidaridad y el espíritu ambientalista.

Es la primera vez que se publica en Venezuela un libro con fotografías tomadas por teléfonos inteligentes. Se titula como el concurso: Gente que emprende. Y no es un libro que proponga pesimismos sino todo lo contrario: recoge el esfuerzo de los emprendedores y de los fotógrafos que descubrieron  las actividades más interesantes y ejemplares realizadas por ciudadanos que no se rinden ante las adversidades.

Es un libro de la alegría que se comparte. La alegría surge del optimismo y la esperanza que generan quienes emprenden cualquier tarea como si se tratara de un acto sublime y esencial. Porque eso es todo lo contrario de lo que nos asalta en estos tiempos, donde lo negativo se multiplica como una peste. Y el ánimo decae y se llama desánimo.

Pero frente a las tendencias destructivas que atentan contra la vida, la naturaleza y la dignidad, están surgiendo alianzas de creatividad, fraternidades que buscan trascendencia produciendo bienestar, asociándose para realizar lo útil, para reconocer los poderes de la cultura y de la solidaridad.

La gente se está uniendo para inventar modos de vida, para disfrutar el trabajo; para observar y retener lo observado en imágenes y en palabras que hacen pensar en lo esencial: es maravilloso poder mirar lo que ocurre y tener un lenguaje para compartirlo.

 

Hay personas inspiradas juntándose para expresar sus ideas y sus proyectos. Y hay instituciones que se interesan por esa ebullición y la respaldan, porque la esperanza surge siempre del empeño colectivo. Todo eso es un verdadero motivo de alegría. Y es lo que contiene este libro, cuyas páginas conservan y guardan el tesoro del emprendimiento.