Un Magallanes casi centenario Un Magallanes casi centenario

Por Ignacio Serrano (@IGNACIOSERRANO)

Falta muy poco para que Venezuela tenga, por fin, un equipo deportivo centenario.

El primer Magallanes nació el 26 de octubre de 1917, en Catia. Ya son 99 años de historia y de resurrecciones. Este que hoy existe es muy diferente a aquel. Ni siquiera hay vínculos legales que le unan con la divisa originaria, pero el vínculo popular es más poderoso.

Durante décadas, la legión de seguidores de la nave se ha sentido orgullosamente unida y firmemente identificada con el equipo que dio nombre a un sector del oeste caraqueño, del mismo modo que sus Eternos Rivales, al mirar atrás, ven unido al Cervecería y a los Leones de Caracas.

El recorrido de la nave es glorioso. Incluye la época en que los juegos de pelota eran desafíos individuales que se lanzaban de una a otra divisa; abarca la Primera División, el beisbol semi profesional de los años 20 y 30; y llega, por supuesto a la era profesional.

Magallanes es uno de los dos sobrevivientes de la LVBP fundacional, la de 1946, junto al Caracas. Los otros dos desaparecieron, el Vargas y el Venezuela, que con el tiempo terminaron convertidos en las Águilas del Zulia y los Tiburones de La Guaira.

Tamaña trayectoria ha hecho que muchas de las principales estrellas del diamante nacidas en el país hayan vestido alguna vez los colores de los eléctricos, como el Patón Carrasquel y Chucho Ramos, los primeros dos grandeligas de la expedición nacional, y también Vidal López, Camaleón García, Gustavo Gil, Ramón Monzant, Oswaldo Olivares, Carlos García, Richard Hidalgo, Freddy García, Edgardo Alfonzo, Johan Santana y tantos más.

Camaleón es la gran figura de una franquicia que también se caracterizó por sumar destacadísimos importados, al punto de llegar a ser el Poder Negro del Magallanes. El sucrense todavía se mantiene como líder de todos los tiempos de la divisa en veces al bate, anotadas, hits conectados, tubeyes y carreras impulsadas. Además, es segundo en jonrones y average de bateo.

Su figura adorna la entrada del estadio José Bernardo Pérez de Valencia, el hogar de la escuadra en los últimos años, luego de salir de Catia y pasar décadas campeando en los parques San Agustín y Universitario.

Allí, antes de llegar a las tribunas, se cruza por el pabellón de la fama que estos Navegantes casi centenarios han instalado para honrar a sus inmortales, esas leyendas forjadas en un siglo de beisbol.

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