Por: Elías Pino Iturrieta | @eliaspinoEn 1808, los criollos de Barcelona protestan ante el gobernador de la Provincia de Cumaná, que es entonces don Vicente Emparan, porque un mallorquín que ha casado con una parda puede entrar a cumplir funciones en el ayuntamiento de la ciudad. Pese a que llena los requisitos para sentarse en el sillón del cabido, lo descalifican por el hecho de estar “casado con desigualdad”. El gobernador considera que no está ante un argumento digno de consideración y defiende los derechos del mallorquín, de nombre Francisco Capó y Coll, sin ocuparse de atender la queja de los habitantes que se proclaman como “principales“. Los criollos llevan el pleito hasta el trono, pero el rey respalda los derechos del vasallo y la decisión de Emparan.
Sucesos como este tienen especial importancia por el tiempo de su desarrollo, justo cuando Venezuela vive las vísperas de su independencia política, que llevan a cabo personas como las que ahora protestan porque una parda se puede filtrar en sus jurisdicciones.
Don Vicente Emparan