Un terremoto anunciado Un terremoto anunciado

El 11 de junio de 1641, día de San Bernabé, Caracas fue sacudida por un fuerte sismo. Las casas del centro de la ciudad quedaron destruidas, buena parte de los conventos de San Francisco, San Jacinto y Las Mercedes se convirtió en una ruina, aún los recién estrenados domicilios  de calicanto sufrieron estragos. Poco antes del sacudimiento, un personaje popular de la ciudad, un pordiosero medio chiflado a quien llamaban Ropasanta, recorrió las calles pregonando el siguiente verso, que la gente escuchaba entre risas y choteos: “Qué triste está la ciudad/ perdida ya de su fe/ pero destruida será/ el día de San Bernabé./ Quien viviera lo verá”. El día anterior a la celebración de la festividad del santo, según relatan las crónicas de la época, Ropasanta anunció que se marchaba de la capital por el camino del cerro del Calvario para librarse de una muerte segura. “Quien viviera  lo verá”, gritaba.