A 97 años de la desaparición del Dr. José Gregorio Hernández A 97 años de la desaparición del Dr. José Gregorio Hernández

 

Un día como hoy, el 29 de junio de 1919, falleció trágicamente el Dr. José Gregorio Hernández, médico, científico, profesor y filántropo trujillano de profunda vocación religiosa, cristiano católico y franciscano seglar, reconocido por su solidaridad con los más necesitados y recordado por su caridad, generosidad, rectitud y servicio a los pobres.

El hecho se registró cuando al intentar cruzar la calle en la esquina de Amadores, en La Pastora, un automóvil lo atropelló y tras el impacto, cayó y se golpeó fatalmente la cabeza con el borde de la acera, provocándole la muerte a los minutos de su ingreso al Hospital Vargas.

Sus restos reposan en la Iglesia de la Virgen de la Candelaria, en la Parroquia de La Candelaria, después de estar por mucho tiempo en el Cementerio General del Sur.

Su vida fue un testimonio evidente de santidad, tanto, que para muchos latinoamericanos es un santo, a pesar de que aún no ha sido canonizado. Actualmente está en proceso de beatificación y posterior canonización, luego de que en el año 1986 su Santidad el Papa Juan Pablo II declaró solemnemente sus virtudes heroicas, por lo cual se le otorgó el título de Venerable, antepenúltimo escalón en el camino de la santidad.

El doctor José Gregorio Hernández fue, además, un médico y científico excepcional: a él se debe la introducción del microscopio en Venezuela; entre otros importantes adelantos médicos;  fue autor de trece ensayos científicos sobre diversas disciplinas, ampliamente reconocidos por la Academia Nacional de la Medicina, de la cual fue fundador. Profesor universitario, fue miembro fundador de las cátedras de Histología Normal y Patológica, Fisiología Experimental y Bacteriología, de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Era conocido como un profesor culto (hablaba español, francés, alemán, inglés, italiano, portugués, dominaba el latín), era músico y filósofo, exigente y se caracterizaba por la puntualidad en el cumplimiento de sus deberes profesorales. Formó una escuela de investigadores, quienes desempeñaron un papel importantísimo en la medicina venezolana. Discípulos de Hernández fueron, entre otros, el doctor Jesús Rafael Rísquez, quien fue su sucesor en la cátedra de Bacteriología y Parasitología, y Rafael Rangel, considerado como el fundador de la parasitología nacional.