Imagen satelital del estrecho de Ormuz

Por Jorge Rabassa

Un bloqueo al estrecho de Ormuz podría significar severo daño a las exportaciones petroleras de Arabia Saudita, Irán, Irak, Kuwait, Qatar y los Emiratos Arabes Unidos, que totalizados paralizarían el transporte de aproximadamente 17 millones de barriles diarios. No sería una operación militar difícil, porque 2 o 3 barcos atravesados o hundidos en el estrecho crearían una crisis en el mercado petrolero mundial.

Los analistas militares estiman que si Irán bloquea el estrecho de Ormuz, manejaría la situación por una o dos semanas, lo suficiente como para disparar el precio del petróleo. No obstante, el clima pre bélico de las últimas semanas elevó los precios del petróleo a futuro en 4,67% para las colocaciones en enero de 2012, para situar el barril en 112 dólares.

Sobre este conflicto, los observadores internacionales consideran de importancia la visión del líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, para quien esta lucha contra Occidente “es una cuestión divina y la rendición sería un suicidio político”, según una declaración de Ali Vaez, director de Foreign Policy.

El estrecho de Ormuz está situado entre Irán y Omán y conecta el golfo Pérsico con el golfo de Omán y el mar de Arabia. Por el mismo transitan 17 millones de barriles diarios, el 30% de la producción de crudo del golfo Pérsico. Un volumen importante si consideramos que mundialmente se consumen 88 millones de barriles por día.

El 35 por ciento de los buques que transitan por el estrecho de Ormuz son tanqueros petroleros, según los traders de la región consultados. Cada día lo cruzan 14 supertanqueros y esos mismos retornan con los tanques vacíos. El 85 por ciento de los buques llevan crudos a los mercados asiáticos, básicamente a Japón, India, Corea del Sur y, principalmente, China, como los más largos destinos.

El estrecho de Ormuz tiene un ancho de 21 millas, pero en ambas direcciones sólo pueden atravesarlo en un ancho de 2 millas, separados por un parachoques o valla de contención. Las dos terceras partes de los buques que lo cruzan tienen un peso muerto de 150.000 toneladas.

En esta región hay otras vías alternas para movilizar los crudos de exportación sin utilizar Ormuz. Por la vía terrestre está el oleoducto Petroline con una capacidad de 745 millas de extensión, conocido como el oleoducto Este-Oeste que atraviesa Arabia Saudita, que sale desde el terminal de Abgaig hasta el mar Rojo, allí se conecta con el mar Mediterráneo y de ahí con el Atlántico. Tiene capacidad para transportar 5 millones de barriles diarios, pero usualmente sólo utiliza 2 millones de barriles diarios, en situaciones normales.

Otro oleoducto sale de Abgaig hastaYanbú (que transporta gas) corre paralelo al Petroline y llega hasta el mar Rojo y carga 290.000 barriles diarios de crudos, equivalentes de gas. También pueden sacar los hidrocarburos por la vía de Irán-Turquía hasta el puerto de Ceyhan en el mar Mediterráneo que conduce los cargamentos hasta el Atlántico. Su capacidad está limitada por el cierre del oleoducto Strategic Pipeline que conduce al norte y sur de Irak.

Los Emiratos Arabes Unidos disponen del oleoducto Abu Dhabi que transporta 1,5 millones de barriles diarios, el cual atraviesa el territorio de Abu-Dhabi y llega al puerto de Fujairah, hasta el sur del estrecho de Ormuz. Hay otras rutas de salida de crudos como el desactivado oleoducto IPSA de Arabia Saudita, que puede mover 1,5 millones de barriles diarios, y el Tapline que se conecta con el Líbano que transporta 500.000 barriles diarios.

Los medios europeos manejan otros escenarios. Aseguran que Washington y la Unión Europea concluyen un embargo al petróleo iraní (el 18% de todas las exportaciones iraníes), y los ayatolás comienzan a jugar varias cartas en una partida compleja.

El bloque de Ormuz privaría al gobierno de Teherán, de la mitad de sus ingresos (de una producción de 3,6 millones de barriles diarios, Irán exporta 2,6 millones de barriles/día) que complicaría sus relaciones con China y Japón. Adicionalmente, los productores del Golfo no apoyan la acción de Irán. En lo interno, el gobierno de Teherán se enfrentará a unas elecciones presidenciales en marzo próximo, después de las cuestionadas elecciones de los sectores reformistas en 2009.