18 de febrero: Día Internacional del Síndrome de Asperger 18 de febrero: Día Internacional del Síndrome de Asperger

El site Autismodiario.org recuerda que en el año 2007 se estableció el 18 de febrero como “Día Internacional del Síndrome de Asperger”, pues la fecha coincide con el natalicio de Hans Asperger, experto alemán que fue el primero que definió las características de este síndrome.

 

Compartimos un resumen del artículo publicado en el mencionado site:

 

Este año, 2014, se cumplen 70 años de la publicación por parte de Hans Asperger de su trabajo sobre la definición de la “psicopatía autística en la infancia” (Die “Autistische Psychopathen” im Kindesalter), aunque en realidad el trabajo se dató en Octubre de 1943. Sin embargo no fue hasta 1981, cuando Lorna Wing descubre el citado trabajo y acuña el término Síndrome de Asperger. Aunque quizá lo que no sea tan conocido es que en 1926, Grunya Iefimovna Soukhareva, psiquiatra especializada en infancia y asistente científica de una clínica de Moscú, ya describió -y publicó en alemán- el citado síndrome. Aunque al igual que sucedió con Asperger, no fue hasta 1996, cuando la psiquiatra Sula Wolff lo tradujo al inglés, convirtiéndose por tanto en la primera referencia en una publicación científica al citado síndrome.

 

No fue hasta 1994 en que el Síndrome de Asperger fue incluido en el Manual Estadístico de Diagnóstico de Trastornos Mentales en su cuarta edición (DSM-IV), y justo ha desaparecido en su quinta edición (DSM-V) englobándose dentro de los Trastornos del Espectro del Autismo. Muchos vaivenes sin lugar a dudas, casi 40 años para que sea reconocido el trabajo de Hans Asperger, 70 años para que el trabajo de Soukhareva vea la luz, 50 años para introducir el Síndrome de Asperger en el DSM y 20 para quitarlo. Y es que en el Asperger nada parece estar claro aún. Siguen habiendo excesivos mitos y con tanto vaivén no es de extrañar. Muchas personas afirman que es sencillamente una condición, una forma diferente de entender lo que les rodea, que no es mejor ni peor, sencillamente diferente. Pero no hay lugar a dudas que estas diferencias pueden complicar mucho la vida a las personas con Asperger. Es uno de los problemas que tienen las llamadas “discapacidades invisibles”.

 

La necesidad de que los jóvenes y adultos con Síndrome de Asperger reciban apoyos es básica. Es quizá el momento de tomar en consideración que muchas personas nunca recibieron una atención adecuada (o ninguna atención) y que hoy, permitirles que accedan a planes de inclusión socio-laboral, o a talleres de habilidades sociales, o en suma, a que puedan entender el porqué de sus diferencias, puede significar la diferencia entre poder desarrollar vidas plenas o no. Y esto debe ser una obligación social. Es sin duda alguna un síntoma de madurez social.