Al ritmo de los tambores se celebra el nacimiento de San Juan Bautista en Venezuela Al ritmo de los tambores se celebra el nacimiento de San Juan Bautista en Venezuela

El 24 de junio la costa de Venezuela amanece al retumbe de tambores, dando inicio a una de las festividades religiosas más celebradas en el país.

Las calles se engalanan de rojo y blanco para homenajear a San Juan Bautista, el único santo al cual se le celebra la fiesta del día de su nacimiento.

¿Quién fue San Juan Bautista?

El capítulo primero del evangelio de San Lucas nos cuenta que Zacarías era un sacerdote judío que estaba casado con Santa Isabel, y no tenían hijos porque ella era estéril. Siendo ya viejos, un día cuando estaba él en el Templo, se le apareció un ángel de pie a la derecha del altar.

Al verlo se asustó, mas el ángel le dijo: “No tengas miedo, Zacarías; pues vengo a decirte que tú verás al Mesías, y que tu mujer va a tener un hijo, que será su precursor, a quien pondrás por nombre Juan. No beberá vino ni cosa que pueda embriagar y ya desde el vientre de su madre será lleno del Espíritu Santo, y convertirá a muchos para Dios”.

Pero Zacarías respondió al ángel: “¿Cómo podré asegurarme que eso es verdad, pues mi mujer ya es vieja y yo también?”.

El ángel le dijo: “Yo soy Gabriel, que asisto al trono de Dios, de quien he sido enviado a traerte esta nueva. Mas por cuanto tú no has dado crédito a mis palabras, quedarás mudo y no volverás a hablar hasta que todo esto se cumpla”.

Seis meses después, el mismo ángel se apareció a la Santísima Virgen comunicándole que iba a ser Madre del Hijo de Dios, y también le dio la noticia del embarazo de su prima Isabel.

Para la iglesia católica la festividad de San Juan Bautista es la más antigua de un Santo en la Iglesia, que se celebra ya desde el siglo IV.

Carmen Elena Alemán, autora del libro “Corpus Christi y San Juan Bautista. Dos manifestaciones rituales en la comunidad afrovenezolana de Chuao”, describe que el inicio de las fiestas de San Juan en Venezuela se realizó principalmente en las zonas donde se encontraban las haciendas cacaoteras, donde el 24 de junio los hacendados permitían a los negros esclavos descansar de sus agotadoras labores diarias “aprovechaban la oportunidad para celebrar el solsticio de verano, época en que tradicionalmente se obtenían las mejores cosechas y en la cual tenían la excusa perfecta para revivir sus rituales ancestrales”.

La iglesia católica exigió a los esclavos el culto de San Juan Bautista y éstos terminaron realizando una fusión, poniéndole sus tradiciones como los tambores, danzas y la creencia en los elementos como el fuego y el agua.

El 23 comienzan los preparativos: las calles se adornan con coloridos altares para dar la bienvenida al 24 con tambores y serenatas para el santo.

El 24, se prepara el santo para salir sobre los brazos de su guardián, y es llevado a la iglesia acompañado, donde recibe los honores de la solemne misa.

Luego de la misa comienzan los repiques de tambores y la procesión del santo por todo el pueblo. El santo regresa al sitio donde salió en la mañana y continúa la celebración hasta el amanecer.

El 25 de junio representa para los creyentes un día de tristeza, ya que es la despedida de su santo,  lo que se conoce como “El Encierro de San Juan”, momento en el cual se introduce el santo a la iglesia, hasta el año que viene. Pero en la tradición existe “El robo del Santo”, que consiste en sacar a la imagen de San Juan Bautista del templo y se extiende la fiesta hasta el amanecer del 26.

 

Con información de MINTUR