Deporte margariteño con acento francés Deporte margariteño con acento francés

En la isla de Margarita, específicamente en la población de Juan Griego, muchos pobladores recuerdan el nombre de Pierre Bougrat, médico francés que contribuyó con el desarrollo científico, intelectual y deportivo en esa localidad del oriente venezolano.

 Por Javier González

 

Este personaje, nacido en Annecy, Francia, en 1889, conmocionó al mundo a mediados de la década de 1920, cuando fue acusado de haber asesinado a un paciente suyo. Condenado sin las pruebas suficientes a 20 años de presidio, fue enviado a la temible cárcel de Cayena, en la Isla del Burro (Guayana Francesa).

 Poco tiempo después, en 1929, su nombre apareció nuevamente en los titulares de los principales periódicos del planeta. Bougrat se había convertido en el primer hombre capaz de huir y burlar los inmensos y terribles obstáculos que rodeaban esa prisión.

El médico francés Pierre Bougrat conmocionó al mundo a mediados de la década de 1920, cuando escapó de la temible cárcel de Cayena, en la Isla del Burro (Guayana Francesa)

 Luego de más de veinte días caminando por la intrincada selva amazónica y de casi una semana navegando bajo una terrible tormenta en una pequeña barcaza, desafiando a la muerte, Bougrat arribó en septiembre de ese año 1929 a la lejana playa sucrense de Macuro, en las costas de Paria, en Venezuela. Semanas más tarde, se trasladó a la población de Irapa, donde prestó servicios médicos gratuitos. 

 En mayo de 1930, Bougrat decidió dejar Irapa y se marchó a la isla de Margarita, residenciándose en Juan Griego donde, además de continuar proporcionando asistencia médica gratuita, formó parte del grupo de intelectuales que en esa población fundó en 1934 el periódico Antena.

 Bougrat fue, además, pintor, deportista, poeta y cuentista. Parte de su obra literaria la dio a conocer precisamente en Antena, desde donde también contribuyó con la difusión del baloncesto, fútbol y béisbol, deporte este último que lo cautivó desde su llegada a Margarita. 

 

Promotor de béisbol, baloncesto y fútbol

Fue tal su pasión por este juego que, a fines de febrero de ese año 1934, viajó a Caracas para contratar al legendario ex pelotero cubano y destacado entrenador Pelayo Chacón para que ayudara a los jóvenes de Juan Griego a mejorar sus destrezas con el bate y guante.

 Los gastos de transporte y alimentación, así como el sueldo de chacón corrieron por cuenta de Bougrat. También la manutención de la esposa e hijo del entrenador cubano salieron de su bolsillo. Igualmente, los gastos de uniformes, pelotas y guantes.

 En 1933, Bougrat había hecho construir un modesto estadio en un terreno de su propiedad, ubicado entre las poblaciones de Juan Griego y Altagracia. Ese campo, que sirvió de sede al equipo Pirata, se convirtió en una suerte de academia de béisbol cuando Pelayo arribó a la isla. Allí reunía el técnico antillano con amplia experiencia en las ligas negras de Estados Unidos y en su país, todas las tardes a un grupo de muchachos para impartirles conocimientos teóricos y prácticos sobre béisbol.

 Al cabo de dos meses, Juan Griego contó con una fuerte novena denominada Isleños, que fue capaz de enfrentar con éxito al poderoso conjunto cumanés del Mariscal, naciendo desde entonces una enconada rivalidad beisbolística entre Juan Griego y la primogénita población de Venezuela.

 Bougrat también llevó a la isla a otros famosos peloteros, entre ellos, al estelar lanzador zurdo cubano Manuel “Cocaína” García y al primer bigleaguer venezolano, Alejandro “Patón” Carrasquel. Asimismo, a reconocidos estrategas como Manuel “Chivo” Capote, quien permaneció un tiempo en la isla dirigiendo con acierto al equipo Isleño.

A mediados de 1935, el médico galo también le dio un gran impulso al juego de baloncesto en Porlamar, al organizar un sensacional torneo en la cancha “Paraguaicoa”, la cual contribuyó económicamente a construir. El evento inaugural contó con la presencia del célebre educador y párroco de Juan Griego, Manuel Montaner, quien pronunció un emotivo discurso, muy aplaudido, de acuerdo con la reseña que publicó el diario El Heraldo de Margarita, en su edición del 18 de agosto. 

Parte de la obra literaria de este insigne personaje la dio a conocer en Antena, periódico fundado desde donde también contribuyó con la difusión del baloncesto, fútbol y béisbol

Ese año, también promocionó el juego de fútbol en Juan Griego, al financiar varios clubes y un campeonato que tuvo gran resonancia en toda la isla. Años antes, había sufragado el acondicionamiento de un terreno para estimular la práctica del balompié entre los jóvenes de la aludida localidad margariteña. 

 Como médico, señala el escritor Evaristo Marín, “Bougrat tuvo una muy bien ganada fama de equivocarse muy pocas veces en el ejercicio de su profesión. En la Margarita de los años 30 y 40, se tuvo siempre como mal presagio el que el doctor Pierre Bougrat moviera negativamente la cabeza al examinar a un enfermo. Aquella era, ni más ni menos, señal inequívoca de pocas esperanzas”.

“Sus avanzados conocimientos adquiridos en la Universidad de La Sorbona, en París, siempre tenida como una de las más calificadas universidades del mundo, resultaron una fortuna para Margarita, en donde la escasez de médicos y la sequía fueron por largo tiempo dos terribles calamidades”.

“Como cuentista, Bougrat también alcanzó un puesto destacado entre los narradores margariteños del siglo XX… Su libro Sotavento, editado en la editorial Avance, en 1946, es un estupendo compendio de historias marineras, en las cuales, las de la Playa de Pedro González ocupan un lugar sobresaliente”.

En fin, Bougrat es uno de esos extraordinarios personajes que contribuyeron con el desarrollo de Venezuela y que nuestra historiografía oculta bajo la alfombra. Tan peculiar es este médico francés, que hay quienes afirman, y con sobrada razón, que él es el verdadero “Papillón” de la novela “autobiográfica” del también galo Henri Charrière, publicada siete años después de la muerte de Pierre, en 1969.

 

Un hijo suyo, de nombre Juan Bougrat, vivía en Margarita a finales de la década de 1970.

 

Fallecido en 1962, los restos de Bougrat reposan en el cementerio de Juan Griego.