POR JOSÉ GRASSO VECCHIO (@JOSEGRASSO) (*)
Una situación que todos esperamos ansiosamente es ese momento en el que recibimos un ingreso extraordinario, bien sea porque llegó el momento en que nos corresponde (como cuando recibimos una bonificación programada, un dividendo, utilidades o pagas especiales) o bien porque una buena racha hace crecer nuestros negocios, las ventas y los ingresos que habíamos calculado. También puede ocurrir que recibamos una herencia o, lo que todos pensamos constantemente, que nos ganemos la lotería. Aunque las probabilidades sean mínimas, esto último a veces ocurre.
Con los ingresos inesperados suele venir la pregunta: ¿Cómo puedo aprovecharlos mejor? ¿Los guardo en el banco bajo alguna modalidad de ahorro, para tener un colchón que amortigüe cualquier imprevisto en el futuro? ¿Salgo de esos pagos que tengo pendientes? ¿Estoy suficientemente cómodo en este momento como para gastarme la paga extraordinaria en algún capricho?
En estos casos, el que manda es el sentido común. Pero a veces es difícil pensar con la cabeza fría cuando un dinero extraordinario nos ha calentado el bolsillo. Antes de apresurarse a utilizar esos ingresos extra recuerde algunas de las recomendaciones básicas para estos casos:
–Pague primero aquellas deudas que le resulten más onerosas, es decir, las que generan las mayores tasas de interés. Generalmente, en este grupo se encuentran las tarjetas de crédito. Tal vez usted tenía ya un programa para cancelarlas por completo en un determinado plazo, pero un ingreso extraordinario podría permitirle hacerlo de una vez. Ello constituye un ahorro y, además, limpia su línea de crédito, con lo que podrá adquirir nuevas deudas, eso sí, responsablemente.
–Las deudas a largo plazo y a tasas de interés preferenciales, como por ejemplo las de un crédito de Política Habitacional, no son tan onerosas, por lo que no es necesario cubrirlas antes de lo estipulado. A veces nos emocionamos con la idea de dar por terminado el crédito de FAOV, pero tal vez hacerlo no sea la mejor estrategia. En estos casos lo mejor es pagar puntualmente, pero no necesariamente por anticipado.
–Destinar los ingresos extra a engordar un colchón financiero para los imprevistos es una muy buena estrategia, pero debe tomar en cuenta qué instrumento empleará para ahorrar. Recuerde que la inflación produce que el dinero pierda valor en el tiempo, por lo que debe pensar muy bien cómo protegerlo.
–Si va a “proteger” su dinero adquiriendo bienes durables, piense muy bien qué comparará. Los electrodomésticos son una buena opción, pero sólo si los que ya tenemos necesitan verdaderamente ser sustituidos. Un carro o una opción inmobiliaria son las recomendaciones de rigor, puesto que en Venezuela estos activos siguen manteniendo altas tasas de revalorización.
¿Está usted bien cubierto en todo lo anterior? ¿Por qué no gastarse entonces el dinero? El consumo no tiene las connotaciones negativas que muchas veces tratan de imponernos. Por el contrario, es un motor del crecimiento y el desarrollo económico. Lo que debe preocuparnos es que el consumo sea inteligente, y no se diluya en cosas innecesarias, frugales o perecederas.
(*) Analista financiero
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