¿Conoces la historia de la Avenida Solano, en Sabana Grande? ¿Conoces la historia de la Avenida Solano, en Sabana Grande?

El mariscal Francisco Solano López fue el segundo presidente que tuvo Paraguay entre 1862 y 1870. El primero fue su padre, Carlos Antonio López.  Brasil, Uruguay y Argentina se unieron para pelear contra Paraguay. Aunque tenía todas las de perder, el presidente y mariscal Francisco Solano López aceptó esa guerra, entró en pelea, recibió un balazo y perdió la vida.

Solano López era un hombre de armas tomar. Nunca pudo imaginarse que su nombre estaría ligado a una avenida cuya característica principal siempre ha sido la tranquilidad y el placer que se desprenden de una buena comida. La avenida Francisco Solano es un lugar de heladerías, pizzerías, tascas, panaderías, restaurantes, que ofrecen los platos, postres, bebidas y demás delicias de toda Europa, Latinoamérica y Venezuela. Incluyendo sabores de Argentina, Brasil y Uruguay.

Presidentes, cantantes, actrices y actores, deportistas, escritores, gente famosa de todos los sectores fueron los clientes habituales de los establecimientos que hicieron de la avenida Solano una referencia de buen gusto culinario.

Ahí comenzó la Heladería Castellino que ahora es Pizzería Castellino. Desde hace más de dos décadas ofrece sus sabores vascos el restaurante Urrutia. Uno de los sitios más concurridos de los últimos cincuenta años en esa zona es el restaurante  Da Guido, fundado  por Guido Olivieri. La comida italiana en todo su esplendor, tallarines salteados, cabrito al horno. Se suben unas escaleras con ansias de probarlo todo y se bajan con una sonrisa enorme.

En esa avenida dejaron su estela la Cervecería Lara, el Vecchio Molino, el restaurante Da Sandra, el Molino Rojo, La sartén de plata.  Abiertos de par en par y muy campantes siguen ahí  los restaurantes El Franco, El Quintana, el Rías Gallegas y La Huerta.

 

En la Solano permanece IlRugantino, una trattoria fundada por Bruno Dalla Píccola. Este  restaurante italiano forma parte de la historia cultural caraqueña, allí se sirve el mejor “cartoccio”  de todo el país. Y en sus mesas se habló de literatura en los años esplendorosos del bulevar Sabana Grande.