En la avenida San Martín, lo que hoy se llama Plaza de Capuchinos, antiguamente se llamó Plaza del León. Ahí hubo una fuente adornada con el león y el escudo de armas de Caracas. En el año 1766 el Rey Carlos III  autorizó a unos monjes capuchinos para que construyeran una capilla y un hospicio para misioneros. Terminaron la capilla y el hospicio en el año 1790.

El terremoto de 1812 destruyó la edificación y después de eso se construyó allí la iglesia de la parroquia San Juan, una obra del arquitecto Francisco de Paula Herrera.

En ese lugar histórico varios próceres estuvieron esperando la llegada de un corazón. El corazón era transportado en un pequeño cofre de plata.

El héroe Atanasio Girardot murió en la batalla de Bárbula y Simón Bolívar ordenó que llevaran su corazón a Caracas. El corazón de Girardot salió desde Valencia hacia Caracas. Recibió honores el  14 de Octubre de 1813. En la Plaza Capuchinos lo estaban esperando Simón Bolívar, el general José Félix Ribas, José Antonio Páez y otros.

Ese corazón de héroe fue depositado en la capilla de la Santísima Trinidad de la Catedral de Caracas. En la onda de ese impactante hecho, Bolívar fue aclamado Libertador y Capitán General de los Ejércitos de Venezuela, por la Municipalidad caraqueña. Ese fue el acto municipal más universal que se ha conocido en el país.

Mucho después, el 10 de enero de 1827, Bolívar realizó una parada en la Plaza de Capuchinos en compañía de José Antonio Páez. Fue su última visita a la ciudad de Caracas.

En abril del año 1870 llegó al poder Antonio Guzmán Blanco a quien no le importaba mucho que el corazón de Girardot hubiese pasado por la Plaza Capuchinos.Le quitó el nombre y la llamó Plaza de Abril. Después la bautizaron como Plaza Ezequiel Zamora.

En 1955 le quitaron un pedazo para construir la avenida San Martín. En 1959 retornó la fiebre de cambiarle el nombre y la llamaron Plaza 19 de abril, pero después la gente se impuso llamándola todos los días “Plaza Capuchinos, Plaza Capuchinos” y así se quedó para siempre.