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Por: Javier González | @javiergon56 y Carlos Figueroa Ruiz | @CFigueroaRuiz27

El vocablo «Caimanera» forma parte del léxico coloquial del venezolano. Esta palabra se relaciona con un juego de beisbol improvisado, sin árbitros, en el que se escogen de forma espontánea a los jugadores, que por lo general se lleva a cabo en las calles, en los patios de los colegios o en algún terreno o campo deportivo.
En 1942, hubo una famosa “Caimanera” en la que participaron algunos de los llamados “Héroes del 41”, entre ellos, “Buzo” Nelson y Daniel “Chino” Canónico. El diario caraqueño El Tiempo, del 18 de abril, publicó una reseña del singular encuentro

En las primeras dos décadas del siglo XX, los cronistas deportivos de los diarios caraqueños denominaban “caimán” a los juegos de beisbol con muchas carreras y errores. Así como también a los peloteros que jugaban muy mal. En general, el término caimán era utilizado entonces para referirse a la mala calidad de una cosa. Su significado tiene mucha relación o es equivalente a la palabra “chimbo” de hoy día.

En la década de 1920, había entre los jóvenes caraqueños una gran pasión por el beisbol. Por lo general se jugaban partidas de pelota en Catia, Sarría, San José, El Paraíso, El Valle, Prado de María y el Cementerio. También había un notable furor por establecer equipos de beisbol. En esos años se fundaron centenares de clubes, la mayoría de vida muy efímera.

Para entonces, José Betancourt, uno de los muchachos más entusiastas del juego de los bates, guantes y pelotas, tenía gran fama dentro del mundo beisbolístico de Catia. No precisamente por sus habilidades para jugar este complicado deporte, por lo que sus compañeros lo llamaban “Caimán”, en franca alusión a lo desastroso que era fildeando y bateando. No obstante, su gran amor por el beisbol lo llevó a fundar un equipo, que según el periodista Simón B. Rodríguez (Mr Fly) saltó a la palestra el primero de enero de 1925, bajo el nombre de La Caimanera. Entre los organizadores de este club se encontraban, además, Jesús “Pollo Jabado” Peña y Manuel “Chivo” Capote, quien luego se convirtió en el mánager de nuestra primera selección nacional que participó en un Mundial de Beisbol Amateur (1940). También fue el primer estratega campeón del Cervecería Caracas (1942).

El club La Caimanera promovería durante muchos años partidas de pelota en los terrenos de El Yunque, en Catia, donde, además, por iniciativa del propio Betancourt, se hizo tradicional realizar un encuentro de beisbol, todos los días 1° de enero, para darle la bienvenida al año nuevo. Este encuentro era animado por un conjunto musical; al concluir el cotejo, jugadores y aficionados disfrutaban de un sancocho preparado por “Caimán” Betancourt. quien para el oficio de cocinero sí contaba con extraordinaria habilidad.

El primero de enero de 1938, para celebrar los diez años de la primera “Caimanera”, “Caimán” Betancourt invitó a participar en el ya célebre juego de año nuevo a los famosos peloteros Alejandro “Patón” Carrasquel y Vidal López

El primero de enero de 1938, para celebrar los diez años de la primera “Caimanera”, “Caimán” Betancourt invitó a participar en el ya célebre juego de año nuevo a los famosos peloteros Alejandro “Patón” Carrasquel y Vidal López. Ese día El Yunque estuvo abarrotado de aficionados como nunca.

Ya en la década de 1940, el término “Caimanera” era de uso común en el mundo del beisbol venezolano.

En esa época, el equipo La Caimanera jugó un papel de primer orden en los entrenamientos de la selección nacional que nos representaría en la IV Serie Mundial de Beisbol Amateur que se disputaría en La Habana, Cuba, entre septiembre y octubre de 1941. Entonces se reforzó con jugadores de la talla de Vidal López, Alejandro Carrasquel y Luis Aparicio padre, entre otros, y realizó varios encuentros contra la novena criolla que, finalmente, se tituló campeona de ese importantísimo evento internacional.

En Caracas, además de Catia y el Universitario, fueron célebres las “Caimaneras” del estadio San Agustín, La Rinconada, La Araña, el “Chato” Candela, MOP Zona10, San Pablo en San Martín, La Guairita y La Planta, entre otras.

Hoy día la palabra “Caimanera” tiene una connotación mucho más allá de un encuentro de beisbol o de alguna otra disciplina deportiva. Aunque para el venezolano el vocablo Caimanera continúa siendo sinónimo de una partida de beisbol, su utilización ha trascendido el terreno de juego para convertirse también en una expresión popular que simboliza desorden o improvisación.

El periodista Herman “Chiquín” Ettedgui fue un gran impulsor de las “Caimaneras” en el país

El término «Caimanera» se ha extendido a todas las disciplinas deportivas e incluso a áreas que nada tienen que ver con el deporte. Hoy día, para los venezolanos caimanera también es sinónimo de desorden.

La mayoría de las veces en las caimaneras se juegan sin el número de peloteros reglamentarios (9) y con reglas adaptadas al terreno donde se vaya a realizar el partido.