Cuando la virgen María presentó al niño Jesús en el Templo de Jerusalén,  llevaba como ofrenda dos tórtolas en una cesta. La ofrenda se ha multiplicado: las palomas abundan en la plaza la Candelaria.

En 1599, el Papa Clemente VIII nombró a la virgen de la Candelaria como Patrona de las Islas Canarias. Se le denominó Candelaria porque  se basa en el episodio bíblico de la presentación del niño Jesús en el Templo de Jerusalén, donde la virgen sostiene la candela iluminadora.

En Caracas se le construyó un templo a la virgen de la Candelaria y la construcción terminó en el año 1708. Habían escogido un lugar apartado del centro de Caracas, cuyos habitantes en su mayoría eran de las Islas Canarias. Esa zona quedaba aislada de la ciudad cuando crecía el río Catuche que hoy es apenas un leve arroyuelo. Inclusive, el puente que se construyó sobre el río Catuche fue el segundo que tuvo Caracas. El primero lo construyeron en Punceres.

La esquina de Romualda donde estaba el puente Catuche, se llama así porque allí tenía su pequeño establecimiento de comida  la señora Romualda Rubí, quien  era famosa por el mondongo que preparaba. Dicen que el presidente José Antonio Páez se escapaba de sus asuntos para ir a comer mondongo adondeRomualda.

Varias de las esquinas más famosas de Caracas están en La Candelaria: Esquina Pele el Ojo, Esquina Peligro, Esquina Miguelacho, Esquina Ferrenquín, Esquina Avilanes, Esquina Chimborazo, Esquina Calero, Esquina Platanal, Esquina Corazón de Jesús, Esquina La Cruz y Esquina Manduca…¿qué tal?

En todas esas esquinas hay restaurantes: la buena comida es el punto fuerte de La Candelaria. No hay nada más ansiado que un almuerzo en cualquiera de sus tascas.

No todas las personas van en busca de restaurantes: hay una constante multitud que acude a la iglesia porque allí se encuentran los restos del doctor José Gregorio Hernández. Eso convierte a La Candelaria en un relicario. El relicario más bullicioso y popular del país.