El petróleo es un negocio El petróleo es un negocio

Por Jorge Rabassa

 

La Unión Europea no tuvo el más leve titubeo de sus 27 miembros para aprobar un embargo a las importaciones petroleras de Irán, además de las estrictas sanciones que incluyen el congelamiento de las cuentas de bancos del país persa.

Tampoco permitirán transacciones de oro, metales preciosos y diamantes con organismos públicos iraníes. Se vetó además la venta de bienes susceptibles de otro uso (civil-militar) y la prohibición de productos petroquímicos. Los productos susceptibles se refieren a metales que pueden ser convertidos, después de varios procesos de transformación, en insumos para uso nuclear.

Otro elemento significativo es que la que OPEP no hizo la más leve sugerencia de protesta, no obstante ser Irán, junto con Irak, Kuwait y Arabia Saudita y Venezuela los cinco fundadores de la OPEP en 1960.

La OPEP tampoco defendió, ni se opuso a la acción de la OTAN por instancia de países europeos a bombardear a Libia, ni a la liquidación de Muamar el Gadafi.

Cuando el Sha Mohammad Reza Pahlevi gobernaba Irán se le consideraba el “gendarme del golfo Pérsico”, en esa época los pozos persas producían hasta 7 millones de barriles y los sauditas de 3 a 4 millones de barriles diarios. El gobierno de Teherán ahora sólo produce 3,6 millones de barriles diarios y Arabia Saudita extrae 9,7 millones de barriles diarios. Ahora el gendarme del golfo es Arabia Saudita.

La OPEP es una operación muy especial y cuando se constituyó a mediados de los años 60 fue reportada por un reportero “stringer” de The New York Times que pasaba por Bagdad escribió “ países petroleros de la región crearon un ‘club petrolero’ que tendría una fugaz existencia”. Han pasado más de 50 años y esta organización de países del tercer mundo mantiene su vigencia.

El venezolano Luis Lugo, con una década en Viena trabajando en la OPEP, fue quien más se acercó a sus entretelones y a sus cifras históricas, cuando se decidió a escribir un libro lo tituló “La singular historia de la OPEP”. No recargó con simpatía ni rechazo a ninguno de los participantes. Se limitó a registrar conferencias, reuniones, sucesos y situaciones de los interlocutores.

Nunca han expulsado a ninguno de sus miembros y “sólo dos se fueron” Indonesia y Ecuador, porque no tenían dinero para pagar su cuota anual. Ecuador regresó después.

Dos hombres son trascendentes: el venezolano Juan Pablo Pérez Alfonzo, que viajaba en clase económica en los antiguos aviones de PanAmerican en largos vuelos y comía apenas un sándwich; y el saudita Abdullah Tariki. Los dos son los grandes forjadores de la Organización.

En la OPEP conviven monarquías conservadoras, gobiernos dictatoriales, países inestables y desorganizados y repúblicas formales como Venezuela y Ecuador. La obsesión era una sola, defender los precios: cero política y proteger el negocio, entregarle petróleo cuando el cliente lo necesite.

En los efectos prácticos del negocio hay una regla de oro, tener confortable el suministro de petróleo al mercado mundial. En dos recientes ocasiones se puso a prueba este concepto comercial. Las refinerías de los países europeos tenían dependencia de los crudos livianos libios y los demás países suplieron el producto. Hay una formula: las mezclas de uno o más petróleos para configurar el deseado por el cliente. Así suplieron la cuota europea.

En la situación actual, los países europeos compran 550.000 barriles diarios de Irán, y probablemente los países del golfo, le suministrarán el petróleo necesario aunque no llegue el iraní. Se ha presentado un contratiempo comercial, porque el principal cliente de Irán es China.

Cuando los conflictos políticos internacionales se agudizaron y el gobierno de Irán amenazó con bloquear el canal de Ormuz, el primer ministro chino viajó a Riad y solicitó del monarca saudita grandes volúmenes de petróleo saudita, preocupado por las inminentes sanciones contra los persas. El reino saudita aumentó el aumento de producción para que China no tenga escasez de petróleo.