¿El seguro es un ahorro o un gasto? ¿El seguro es un ahorro o un gasto?

¿Cuándo fue la última vez que nos pusimos a reflexionar -si es que lo hemos hecho -sobre los riesgos que nos rodean y cómo deberíamos mitigarlos? En particular, haremos referencia a los seguros. Su esencia estriba en el hecho de transferir los daños económicos que pudiéramos sufrir a un tercero, en este caso, la compañía de seguros.

Desde el momento en que nos levantamos estamos expuestos a lastimarnos, lastimar a un tercero o a perder nuestro patrimonio debido a un incendio o un temblor.

La diferencia entre perder o conservar nuestra integridad, la de nuestros seres queridos, nuestro patrimonio, etcétera, la constituyen los seguros.

¿Qué es un seguro?

Fundamentalmente es un convenio o póliza mediante el cual una compañía de seguros se obliga a cubrir parte de los gastos que provoque un evento –que llamaremos siniestro-, a cambio de que el asegurado pague una cuota denominada prima.

Generalmente, los seguros cubren una parte del siniestro, la otra la paga el asegurado y esa cantidad la llamamos deducible.

En este marco, es importante identificar y comprender cabalmente lo siguiente:

Es posible definir beneficiarios; es decir, definir a quién pagará la aseguradora en caso de un siniestro.

El deducible y el coaseguro. Éstos son dos gastos a cargo del asegurado y que corren por su cuenta en el momento de un siniestro.

La prima se refiere a la cascada de pagos que realiza el asegurado mediante los cuales se mantienen vigentes los beneficios del seguro.

La suma asegurada es la cantidad máxima que el seguro pagará al beneficiario en caso de un siniestro.

Tipos de seguros. Existe una amplia variedad:

Los que buscan proteger el valor económico de objetos muebles o inmuebles.

Aquellos que mitigan el riesgo de incumplimiento de obligaciones derivadas de créditos.

Los que sirven para cubrir gastos médicos familiares.

Los que buscan aliviar la pérdida económica que resulta de la muerte de quien provee el gasto familiar.

Para casos de accidentes; seguros de jubilación, de educación, entre otros.

Contratar un seguro no debe verse como un gasto, sino como una acción de previsión e inversión debido a la probabilidad de que se cristalice uno o varios riesgos a los que estamos expuestos de manera permanente. Este instrumento siempre nos será de gran utilidad.

Fuente original:

http://eleconomista.com.mx/finanzas-personales/2011/10/14/seguro-ahorro-o-gasto