Evita postergar el uso de esta herramienta para controlar gastos Evita postergar el uso de esta herramienta para controlar gastos

Por: Jessica Morales | @jessicamoralesh

Conocer con precisión nuestros gastos semanales, quincenales y mensuales es fundamental para administrar eficientemente nuestro dinero y alcanzar nuestras metas financieras. Para lograrlo, una herramienta básica es contar con un presupuesto.

Esta lista o documento debe incluir el monto total de nuestros ingresos quincenales o mensuales y cada uno de los gastos en productos, bienes y servicios que usualmente tenemos en ese periodo. También debe contener los montos destinados al pago de deudas y al ahorro.

El presupuesto no debe dejar por fuera ningún gasto, incluso los conocidos como “gastos hormiga”, que por ser pequeños en comparación con otros, podrían obviarse y al sumarlos su monto podría sorprendernos. Entre estos gastos suelen estar las propinas, los pagos de tickets de estacionamiento, café y golosinas.

Podemos hacerlo a mano, en un programa computarizado o recurrir a modernas aplicaciones que incluso facilitan la clasificación de los gastos. Independientemente de la forma, lo importante es que el presupuesto sea muy claro, que permita conocer exactamente cuánto se está destinando para atender cada una de las necesidades familiares y ser constantes y disciplinados en su elaboración y actualización.

El presupuesto ayuda a controlar gastos, a suprimir los que son innecesarios, a recortar los que son excesivos y a ajustarse al ingreso. Esto último es de gran ayuda para evitar contraer deudas inmanejables y desviarse de la ruta para alcanzar metas financieras.

Una regla de oro es no gastar más de lo que se percibe. Si identificamos que este es nuestro caso, no solo hay que disminuir los gastos, también incrementar los ingresos.

Es importante clasificar los gastos poniendo siempre en primer lugar los prioritarios y en último lugar aquellos de los que podemos prescindir sin dejar de atender alguna necesidad básica.

No solo debemos adquirir el hábito de hacer nuestro presupuesto, aunque al principio no sea sencillo, también debemos revisarlo constantemente y ajustarnos a lo que planifiquemos.