Un grupo de investigadores de Suecia, Italia y Australia desarrollaron una interfaz hombre-máquina que permite que una prótesis biónica se fije cómodamente al esqueleto de una persona mediante osteointegración.
Por Saraí Coscojuela
Las personas con pérdidas de extremidades a menudo rechazan las prótesis, aunque estas puedan ser las más sofisticadas comercialmente disponibles, porque resultan incómodas y presentan una capacidad de control limitada.
Es por esto que un grupo de investigadores de Suecia, Italia y Australia desarrollaron una interfaz hombre-máquina que permite que una prótesis biónica se fije cómodamente al esqueleto de una persona mediante osteointegración.
Además, permite la conexión eléctrica con el sistema nervioso mediante electrodos implantados en nervios y músculos.
Los investigadores indicaron que esta es la primera vez que una mano robótica con electrodos internos ha demostrado viabilidad a largo plazo para amputaciones por debajo del codo.
Esta prótesis está hecha de titanio que, además de fuerte, también tiene propiedades que le permiten unirse con la materia ósea, creando una conexión mecánica resistente.
Así pueden fusionarla con los huesos del antebrazo, el radio y el cúbito.
“Al combinar la osteointegración con la cirugía reconstructiva, los electrodos implantados y la IA, podemos restaurar la función humana de una manera sin precedentes. El nivel de amputación por debajo del codo presenta desafíos particulares, y el nivel de funcionalidad alcanzado marca un hito importante para el campo de la reconstrucción de extremidades avanzadas en su conjunto”, dicen los expertos.